El 26 de Abril de 1937 tuvo lugar el famoso bombardeo de Gernika, más destructivo que el de Durango pero con menos víctimas.
El 31 de marzo de 1937, a las 8:30 de la mañana, aparece por el horizonte de la calle Kurutziaga un grupo de cinco bombarderos y nueve cazas. El ataque comienza sobre este barrio, manteniendo el sol a las espaldas de los aviones, con dirección a la estación de ferrocarril.
La cruz de Kurutziaga resulta dañada. En Santa María murieron numerosos civiles junto a su párroco, igual que en la Iglesia de los Padres Jesuitas.
La ausencia de defensa antiaérea permite bombardear y ametrallar con total impunidad.
Se repitieron los bombardeos el 2 y el 4 de abril.
Las víctimas mortales fueron casi 400, resultaron afectados 234 edificios y de ellos 71 quedaron totalmente destruidos.
Aún quedan huellas de este trágico episodio en las fachadas de dos bellas viviendas neoclásicas de la calle Kurutziaga, los números 26 y 28. También en la vivienda situada junto al Palacio Garai en esa misma calle y en el número 8 de Barrenkalea.
Existe en Durango un monumento en recuerdo a las víctimas del bombardeo.